martes, 8 de mayo de 2018

Sin condicionantes

hola soy Mariela y quería contarles una historia pequeña y simple. Tengo un hijo con una gran disminución visual. Gracias a Dios corregible cuando tenga recién 21 años, con una cirugía. Ya fue sometido a una a los cuatro años y desde los dos usa lentes con mucho aumento.
Quería hablar sobre mi experiencia con Martín. Él ahora tiene siete años y es fanático del fútbol, lo mira, lo juega, lo siente. Usa constantemente sus lentes para todo, inclusive para practicar ese deporte que tanto ama Él me dice mamá si no los uso no veo nada, por supuesto duele escuchar eso pero más me dolería que por mis miedos no pudiera jugar algo que tanto le gusta. Los profesores tratan a todos por igual, y hay otras mamás se animaron a que sus hijos con lentes puedan disfrutar de ese deporte.
Quitarse los miedos, arriesgarse a que puedan integrarse a esta sociedad en sus distintos ámbitos es la tarea de crecer. Reforzar nuestra iniciativa de acompañarlos desde la familia, en la labor docente, es un compromiso social. Porque enseñando a integrar es como nos hacemos mejores personas.
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